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Factors in the Initial Resuscitation of Patients With Severe Trauma: The FiiRST-2 Randomized Clinical Trial

PMID: 40982282 PMCID: PMC12455389 DOI: 10.1001/jamanetworkopen.2025.32702

Autora del comentario: Dra. Raquel Ferrandis Comes. Anestesiología y Reanimación. Hospital Universitari i Politècnic La Fe, Valencia. Miembro del grupo de trabajo SEDAR-COVID.

El manejo de la coagulopatía inducida por el trauma (TIC; de sus siglas en inglés Trauma induced coagulopathy) sigue siendo hoy en día motivo de controversia. No obstante, desde la publicación de los resultados del estudio RETIC, se ha propugnado el uso de factores de coagulación en sustitución o en combinación con plasma fresco congelado (PFC), con el objetivo de lograr una competencia hemostática de la forma más precoz y eficiente posible. En esta línea, el estudio FiiRST-2 estudia esta posible superioridad de la administración de factores (4 gramos de concentrado de fibrinógeno y 2000 UI de Concentrado de Complejo Protrombínico, CCP) frente al PFC (4 unidades), medido como las necesidades transfusionales en las primeras 24 horas.

Se realizó un estudio multicéntrico en 6 hospitales monográficos de traumatología en Canadá. En los 2 años de estudio (2020-2022), el protocolo de transfusión masiva se activó en 563 ocasiones, pasando el screening inicial 439 casos e incluyéndose 217 pacientes (107 en el grupo de factores, 110 en el de fibrinógeno). De ellos, se realizó un primer análisis en base a 137 pacientes.

En este primer análisis no se encontraron diferencias significativas en las transfusiones recibidas en las primeras 24 horas. Sí hubo mayor necesidad de rescate con fibrinógeno en el grupo de PFC frente al de factores, sin diferencias en cuanto al rescate con CCP. No hubieron diferencias significativas en mortalidad, ni en eventos trombóticos.

Con estos resultados, el FiiRST-2 trial concluye que la eficacia y seguridad de una dosis fija de factores de forma precoz en el paciente politraumatizado grave no es superior al tratamiento estándar con PFC. Así mismo, dada la escasa diferencia observada, el estudio se detuvo, pues la muestra considerada necesaria para observar diferencias era inasumible.

El estudio FiiRST-2 es contemporáneo al CRYOSTAT-2, que estudia el efecto de una dosis precoz de fibrinógeno frente a la administración diferida, y el PROCOAG que estudia la adición de CCP de 4 factores, también de forma precoz, al tratamiento convencional. En todos ellos, el resultado fue similar, sin conseguir una diferencia significativa en la necesidad transfusional o la mortalidad entre los dos grupos.

Estos estudios, de alguna manera, ¿nos devuelven al punto de salida? En mi opinión personal, hemos avanzado mucho en el conocimiento de la TIC, pero seguimos sin poder hacer una selección óptima de los pacientes que se beneficiarían de un tratamiento precoz con factores (CCP o fibrinógeno). Un aspecto que también quedaría por resolver es la incidencia de eventos trombóticos con uno u otro manejo. Inevitablemente, nuevos estudios son necesarios.

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