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Management of severe peri-operative bleeding: Guidelines from the European Society of Anaesthesiology and Intensive Care Second update 2022.​​​

Sibylle Kietaibl, Aamer Ahmed, Arash Afshari, et al.

Eur J Anaesthesiol 2023; 40:226–304

Autora del comentario: Dra. Raquel Ferrandis Comes. Anestesiología y Reanimación. Hospital Universitari i Politècnic La Fe, Valencia. Miembro del grupo de trabajo SEDAR-COVID.

Sibylle nos presenta una excelente guía del manejo perioperatorio del sangrado, con especial foco en el preoperatorio, tanto en factores de riesgo de sangrado modificables (como el tratamiento antitrombótico), como no modificables (como las comorbilidades o el riesgo de sangrado del procedimiento a realizar), buscando así individualizar el manejo con el objetivo principal de disminuir el sangrado, y con ello la morbi-mortalidad de los pacientes.

Para ello, se han sumado dos estrategias. Por un lado, una búsqueda bibliográfica desde 2015 a 2021, con lo que se han revisado casi 140.000 artículos según la metodología GRADE. Por otro lado, la guía clínica se describe respondiendo a una serie de preguntas PICCO buscando el consenso de los autores según la metología Delphi. En el 97% de las 253 recomendaciones de la guía, se alcanzo un fuerte consenso (entendido como > 90% de acuerdo).

Ante la imposibilidad de comentar todas las recomendaciones en estas líneas, me centraré en algunos puntos que los propios autores destacan:

  • Es importante estimar el volumen de pérdida sanguínea, pues pérdidas superiores al 20% suponen un mayor riesgo de anemia, transfusión, coagulopatía e hipoperfusión tisular, y todos ellos, son factores de riesgo independiente de mortalidad.

  • La implementación de protocolos de PBM perioperatorio y, por tanto, una política transfusional restrictiva está indicado en cirugía de alto riesgo.

  • En cirugías de alto riesgo de sangrado, se recomienda el diagnóstico y corrección de la anemia preoperatoriamente, con lo que se consigue una mayor tolerancia al sangrado y, disminuir la necesidad transfusional.

  • De la misma manera, una coagulopatía adquirida o por fármacos debe ser detectada y corregida en el preoperatorio.

  • Respecto al intraoperatorio, ponen en valor el uso de medidas (recuperadores de sangre, fármacos antifibrinolíticos, mantenimiento de la normotermia y la homeostasis) que contribuyan a la disminución del sangrado.

  • Respecto al manejo, una vez producido el sangrado, se recomienda el control mediante cirugía, si es posible, la corrección de la coagulopatía y el uso de antifibrinolíticos y procoagulantes (con preferencia por los concentrados de factores).

  • Para una correcta monitorización es necesario disponer de infraestructura, principalmente de laboratorio, pero con especial atención a los test viscoelásticos.

  • Estandarización de protocolos a nivel local y difusión, educación y entrenamiento dirigida tanto a todo el equipo asistencial.

En definitiva, Sibylle nos vuelve a cautivar con la segunda edición de la guía de sangrado perioperatorio de la ESAIC. Prácticamente 80 páginas sin desperdicio, que bien merecen una detenida lectura.

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